17/09/2022
Después de desayunar, tomamos la Silver Line al centro de la ciudad.
No teníamos planeado un programa especialmente alocado para hoy porque ya estábamos bastante cansados. El barco del Boston Tea Party y el museo eran nuestros planes.
Este lugar está a 20 minutos a pie del centro de la ciudad. Pasamos por el gran almacén Macy's, donde tocaban músicos callejeros y había mucha gente.
Cuando llegamos, compramos nuestras entradas, que costaban 63,90 dólares para los dos.
Pocos minutos después comenzó la visita guiada. En primer lugar, todo el mundo fue conducido a una sala de reuniones donde una señora disfrazada llegó primero y repartió tarjetas a todos (la sala estaba llena) con los nombres de las personas que habían participado en el famoso Motín del té de Boston. Esto te convierte en parte del juego.
Veamos brevemente lo que aprendimos sobre el Motín del Té de Boston en clase de historia.
El Motín del Té de Boston tuvo lugar el 16 de diciembre de 1773. Fue un acto de protesta de los colonos estadounidenses contra Gran Bretaña y es considerado un precedente de la guerra de independencia de los Estados Unidos.
El número de colonos europeos se había multiplicado y los británicos, en busca de beneficios, aumentaron los impuestos y los derechos de importación. Los colonos no estaban de acuerdo con el hecho de tener que pagar impuestos sin estar representados en el Parlamento británico.
El 16 de diciembre de 1773, un grupo de colonos disfrazados de indios atacó tres buques británicos en el puerto de Boston y arrojó al mar la carga de té. La razón inmediata fue que el gobierno británico había abolido el impuesto sobre el té enviado a Londres, pero había dejado inalterado el precio del té en las colonias norteamericanas.
Este fue un acontecimiento importante en el desarrollo de la Revolución Americana, que finalmente condujo a la secesión de Inglaterra y a la formación de los Estados Unidos.
Tras este repaso histórico, regresamos al museo. Todo el mundo estaba allí sentado cuando entró otro hombre disfrazado y básicamente recreó lo que podría haber ocurrido entonces. Y siempre reaccionamos en consecuencia en el momento justo. 😀
Después, salimos al barco para echar un vistazo y echar el té al agua.
Esto está muy bien hecho. Nos podrían haber dado un poco más de tiempo para mirar y hacer fotos, pero teníamos que ir al siguiente lugar, el edificio del museo.
Desde aquí, por desgracia, no está permitido hacer fotos ni vídeos. Intentaré contaros al menos. En primer lugar, se puede escuchar la conversación de dos damas vestidas con trajes históricos proyectada como un holograma.
Lo único que podría mejorar aquí es que la escena tiene lugar a la derecha de la puerta, y los que entran los últimos en la sala ven poco. Esto es precisamente lo que nos ocurrió a nosotros.
En la siguiente sala, se proyecta en la pared la historia de la única caja de té que queda. Fue encontrado por una familia y ha servido para diversas funciones. Por ejemplo, mesa de juegos, casa de muñecas, casa de gatitos y alguien pintó flores en ella.
Entonces las figuras del cuadro de la pared opuesta "cobran vida" y empiezan a hablar. Se produce un diálogo angloamericano. Nos gustó mucho esta solución. Muy original.
La visita termina en otra sala, donde tomamos asiento y se proyecta una película. Vemos la historia del viaje a medianoche de Paul Revere. Una vez más, el guía nos advirtió de que la película sería muy ruidosa, por lo que los padres de los niños pequeños que estaban a nuestro lado taparon sus oídos.
Mientras Revere cabalga a través de la noche completamente oscura para informar a los colonos de la llegada de los ingleses. Y entonces, el cortometraje termina con el enfrentamiento.
Fuera, por supuesto, hay una tienda de regalos y otra de té.
Salimos del museo y caminamos por el paseo del puerto. Echando un vistazo a los programas, vimos en el mapa una casa con una forma interesante, pero por desgracia no pudimos encontrarla. Creemos que formaba parte de una exposición de arte temporal.
En su lugar, vimos una boda (y más tarde a otra). Ya teníamos hambre y estábamos buscando un restaurante. Había Panera Bread enfrente, pero por desgracia estaba cerrado. Había un pub irlandés cerca, así que fuimos allí. Yo diría que era más un restaurante y bar deportivo que un pub clásico.
Almorzamos y luego Csibi buscó una cafetería cercana. Pero antes queríamos ir otra vez al Christopher Columbus Waterfront Park, porque la última vez no encontramos la estatua de Colón. No por casualidad.
Pues resulta que no está allí…
Esto ha ocurrido con frecuencia en los últimos años con las estatuas de grandes exploradores. Esta figura fue destruida deliberadamente varias veces y retirada en 2020. En el pasado, las críticas negativas también decían que Boston no tenía ninguna relación con Colón.
Sin duda, la estatua ya no está y no volverá (en su lugar se levantará un monumento a los inmigrantes italianos).
Una vez que nos dimos cuenta, volvimos a por nuestro merecido café. Por el camino, descubrimos un monumento con una conexión húngara.
Pero el café estaba cerrado cuando volvimos. De hecho, llegamos 5 minutos después de la hora de cierre.
Esto nos entristeció un poco, así que nos fuimos a casa.
Volvimos a la parada de Silver Line 5, donde vimos que había una gran multitud esperando y que el autobús llegaría tarde.
Esperamos un rato y decidimos coger el metro y el autobús número 1 en su lugar.
Justo antes de bajar del autobús, Csibi vio un Dunkin'. Dijo: "Ahora sí que vamos a entrar".
En este punto, os diré que aquí, en la cuna de Dunkin', la ciudad está realmente llena de tiendas Dunkin'. Hay una (o más) en cada esquina, pero o están cerradas o no tienen donuts. Entramos aquí, pero no había mucha selección de donuts. Vale, ya era de noche, pero, aun así… 😀
Solo había dos personas sentadas en la cafetería.
Csibi eligió una magdalena, creo, y compramos un café. Yo no pedí nada. Estábamos a punto de irnos cuando alguien nos siguió. Era una mujer china que estaba sentada dentro. Nos oyó hablar un idioma europeo y quiso saber cuál era. Hablamos con ella, sobre todo 😀 Fue directa. Nos dijo que su marido es húngaro.
Estuvimos charlando casi una hora. De ahí, nos fuimos al hotel a prepararnos para el programa del día siguiente.
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